Al oeste, el único lÃmite
es el mar
Reconocer el territorio, es tarea de todos. Saber qué hay a nuestro alrededor y conocer los lugares y las personas que nos rodean hacen más fácil nuestra existencia en determinado espacio y nos ayuda a darle sentido a la vida, a darnos sentido a nosotros mismos.
Durante los primeros dÃas en Rincón, me encontré con los niños de la Escuela San Francisco de Asis, compartà con ellos varios dÃas de clase y realizamos, con ayuda del profe Luis Manuel, un improvisado taller donde cada uno de los niños hizo el ejercicio de reconocer el espacio que habita y lo que más le gusta de su pueblo.
Gracias al patrocinio de amigos que compartieron útiles escolares y juegos para los niños, durante toda una mañana reflexionamos sobre lo que los pequeños conocen de Rincón y lo que les gustarÃa recorrer más adelante.
Hojas blancas se conviertieron en el lienzo para que estos pequeños dibujaran su realidad. Durante la experiencia, uno de los niños cogió la grabadora empezó a preguntarle a sus amiguitos qué habián escrito o dibujado en la hoja.
Este es el resultado.